

En esta localidad manchega se celebró un festival taurino en el que hizo el paseíllo tocado de “ala ancha” y “marsellés” el rubio torero Antonio José López acompañado por Vicente Barrera, Dávila Miura, Aníbal Ruíz, los novilleros Miguelín, Antonio Linares y precedidos a su vez por el caballero rejoneador Víctor Guerrero para lidiar reses de la ganadería de Don Sancho Dávila (Conde de Villafuerte Bermeja) de Santisteban del Puerto (Jaén), todos ellos con cuajo y de hechuras desiguales.
Como el novillo no tenia claro del todo su intención de embestir hacia adelante, el espada comenzó a hilvanar su toreo con la diestra tirando muy hacia atrás de las muñecas y embarcando desde la lejanía tratando de que el animal rompiera a bueno, pero el cornúpeto se fijaba demasiado en los muslos del coletudo cada vez que pasaba a su “verita”. Aún con todo, éste consiguió exprimirle varias series de muletazos largos templando a ras de suelo.
Por el pitón izquierdo el animal demostraba problemas de visión que al parecer se debían a un “pajazo” en el ojo que inducían al animal a mirar de manera inquietante el bulto, no dando posibilidad al torero de cimentar faena por ese lado. Y entre dimes y diretes, le arreó dos volteretones de los que logró desasirse de la res con ímpetu novilleril.
Por el pitón izquierdo el animal demostraba problemas de visión que al parecer se debían a un “pajazo” en el ojo que inducían al animal a mirar de manera inquietante el bulto, no dando posibilidad al torero de cimentar faena por ese lado. Y entre dimes y diretes, le arreó dos volteretones de los que logró desasirse de la res con ímpetu novilleril.
Finalizó su faena entrando a matar a pasito lento enterrando una estocada en los rubios maciza como maciza había sido la faena.
Dos volteretas y dos orejas se ha traído el torero desde La Mancha que le saben a gloria, y a esperar a que de nuevo se acuerden de él. El resto de la terna se lució de manera desigual destacando el toreo elegante que caracteriza a Vicente Barrera.

Dos volteretas y dos orejas se ha traído el torero desde La Mancha que le saben a gloria, y a esperar a que de nuevo se acuerden de él. El resto de la terna se lució de manera desigual destacando el toreo elegante que caracteriza a Vicente Barrera.
El Rincón de Juan Robles
