
Los que estamos al lado suyo no podemos sentirnos ajenos a la sensibilidad de este diestro que añora las mas de las veces esos momentos de incertidumbre cuando se juega la vida delante de un toro. Hemos tenido la oportunidad de verle cuando se esta vistiendo en cualquier hotel con el terno de luces que llevará esa tarde y siempre se muestra tan amable con los que le rodean que apenas deja entrever esa sensación extraña que embarga a estos hombres al vestirse de torero. Sin duda es la demostración tacita del valor a la antigua usanza.
También cabe en esta persona el dicho aquel: “Se sueña como se torea y se torea como se es”.
Vaya aquí mi consideración hacia este gran torero.
El Rincón de Juan Robles
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